sábado, 22 de enero de 2011

INVICTUS

Invictus, película dirigida por Clint Eastwood, basada en hechos reales.

El apartheid cayó en Sudáfrica, después de muchos años de separación entre blancos y negros. Nelson Mandela fue liberado tras pasar 27 años en la cárcel. En 1994 fue el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente mediante sufragio universal. Sin embargo, todos esos avances no lograron aplacar las diferencias raciales, sociales y económicas entre los ciudadanos de Sudáfrica. Obsesionado con acabar con esa división racial Mandiba (así lo llaman en Sudáfrica) vio en el Mundial de Rugby su gran oportunidad para unir al país

De las muchas cosas que ha hecho Mandela, Invictus se centra en su relación con el equipo nacional de rugby, los Springbocks, un equipo que simbolizaba los ideales y las pasiones de la minoría blanca sudafricana, y que Mandela decidió tomar como representante de una nación dividida y aparentemente imposible de reconciliar. Con la ayuda del capitán de la selección, François Pienaar (Matt Damon), consiguió que todo sudafricano se identificara con una misma bandera y unos colores, al llegar de manera inesperada a la Final de la Copa del Mundo de Rugby de 1995 y logrando Sudáfrica el campeonato tras imponerse a Nueva Zelanda por 15 a 12.

Quizás, a veces, la película resulta un poco plana, con el único objetivo de contar la historia e incluyendo algunas cosas que no interesan demasiado o que resultan un poco inverosímiles (como la escena del avión sobrevolando el campo de rugby, por ejemplo). Sin embargo, en mi opinión, no debemos centrarnos en la realización del film, en lo que Clint Eastwood nos tiene acostumbrados y en lo que, para muchos críticos, ha fallado en esta película, para mi, esta película es una de esas en que no importa el cómo esté realizada, sino la historia en sí, el factor humano de las personas. Es verdad que a lo mejor debería haber tratado un poco el apartheid, la situación tensa entre blancos y negros, pero tampoco creo que sea necesario, ya que se sabe lo que es y tal vez Eastwood no quería “recrearse” en esa situación. El protagonista de Gran Torino nos muestra esa tensión dejándonos ver a través de los miembros de la seguridad personal de Mandela, que tienen que compartir entre ambas razas, y sinceramente, creo que con eso es suficiente, sin adentrarse en profundidad en lo que fue anteriormente y hacer de la película un drama, lo cual no era su intención a mi parecer, sino todo lo contrario: mostrar la luz al final del camino.

Hay que resaltar la magnífica interpretación de Morgan Freeman, que además de su gran parecido con Mandela, se mete totalmente en el papel, lo que hace más realista y cercano el film. Tampoco podemos olvidarnos del papel que realiza Matt Damon, en el que interpreta a François Pienaar, el capitán del equipo de rugby de los Springbocks, que tiene que liderar al resto del equipo exponiendo sus “nuevas ideas” transmitidas por el presidente, para conseguir unificar a los ciudadanos del país.

Clint Eastwood con esta película hace un pequeño homenaje a un gran hombre, un hombre que luchó por la unión y la libertad de su país: Nelson Mandela.


“Dueño de mi destino, capitán de mi alma”, Nelson Mandela.

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